sábado, 25 de abril de 2009

Ley del Ritmo

Como consecuencia de las oscilaciones entre un extremo y otro, creadas por la polaridad, el universo se ve sometido a ciclos que se cumplen inexorablemente con un ritmo determinado. “Todo fluye y refluye, todo tiene sus períodos de avance y retroceso, todo asciende y desciende. La medida de su movimiento hacia la derecha es la misma que la de su movimiento hacia la izquierda; el ritmo es la compensación”. Con estas palabras definió Hermes Trismegisto lo que él llamó “La ley del ritmo”.

Esta simetría armoniosa está también dispuesta en hologramas, que son, en este caso, ciclos dentro de ciclos. Un hombre, por ejemplo, a nivel microscópico vive el ciclo de vida de sus células, y simultáneamente el que marca los cambios en su cuerpo, desde el nacimiento hasta la muerte. En el mismo momento le estarán afectando también: el ritmo propio de la Tierra, que divide su vida en día y noche, actividad y descanso. El almanaque lunar de 28 días, que rige la fertilidad de la mujer. La rotación de la Tierra alrededor del sol que causa las estaciones. Y los ciclos de explosiones solares cada 11 años, que provocan niveles cambiantes de electromagnetismo.

Para percibir los ciclos del macrocosmos nuestra capacidad está limitada por el tiempo. Entonces estos nos afectan, ya no como individuos, sino como especie. Cuando a nivel cósmico un ciclo se completa, todo el universo, incluido nuestro sistema solar, experimenta un cambio de nivel. Ocurre un salto cuántico hacia una realidad más refinada y expandida. Esto lo comprenderemos fácilmente si tomamos como modelo un ser humano. En un hombre estos saltos cuánticos ocurren cada siete años. Entonces en muy corto tiempo un ser humano se transforma: a los 7 años en un ser racional, a los 14 en el adolescente, y luego a los 21 ya es adulto. Así mismo le ocurre al universo. Con cada etapa cósmica cumplida el Todo se transforma, y esa mutación se evidencia también en cada una de sus partes.

Este es el milagro del momento en que vivimos. Estamos ahora saliendo de la noche cósmica y renaciendo a la luz de un nuevo día. En estos últimos años de transición estamos observando como nuestro pequeño mundo azul, rebozante de vida, vive un momento dramático de cambio. Somos nosotros, los hombres de esta generación, quienes seremos los testigos de este salto trascendental, que en pocos años llevará la vida, que la Tierra alberga, a un nivel superior de existencia. Y en el caso de la raza humana al completo despertar espiritual, que abrirá su corazón al universo.

En lo profundo de su ser cada miembro de la familia humana sabe que estos no son tiempos normales. Muchos juzgan con la visión miope de quienes no perciben más allá de lo aparente. Por eso no pueden apreciar que el exceso de violencia tiene como segura consecuencia el retorno del péndulo a la vivencia plena de la paz, y el amor. Esa es la próxima etapa que nos corresponde, y su visión seductora ya debe comenzar a anidar en nuestra mente, desde donde debemos apoyarla y nutrirla con todo el poder del pensamiento.

Consideremos entonces las amenazas que surgen en nuestro entorno solo como fantasmas del pasado, que todavía nos espantan. No les hagamos caso. Abandonemos la percepción de sombras y tristezas, como un niño deja sus juguetes cuando la adolescencia le despierta a nuevos intereses y experiencias. Abrámonos plenamente a las grandes olas de renovación y cambio. Rindámonos al susurro mágico que convoca a la familia humana para despertar y asumir un destino de Luz que nunca estuvo ausente, sino solo dormido.






Noticias de la Ascensión por Hortensia Gálvez - Fuente: De2Haz1

miércoles, 1 de abril de 2009

Para Don Raúl



He despertado con una triste noticia, el Dr. Raúl Alfonsín, ex-presidente Argentino, ha fallecido. Y mis pensamiento se envolvieron de recuerdos de otros tiempos, del Austral, moneda efímera pero también de los milicos, de los desaparecidos, de las huelgas indiscriminadas, del caos dejado por la junta militar. Los años ’80 esperanzados y la vida que corre dejándote marcas indelebles, que como los eternos tatuajes resurgen en mi piel. Habría que contar como en los días soleados un señor que se hacía cargo, se jugaba todos los días contra la masa crítica que se lo puso muy difícil.



Los carapintadas, la Ley de Punto Final, pero también los juicios a los cabecillas, un hito para el mundo civilizado, el informe Sábato Nunca Más por los desaparecidos, el Mercosur y una esperanza.


Yo le voté, y cuando su mandato fue abruptamente interrumpido por el adelantamiento de las elecciones y el elegido fue el innombrable, sentí un vacío enorme y me invadió la certeza que las cosas no mejorarían por mucho tiempo. Odio no haberme equivocado.

Por eso hoy es un día de duelo Nacional Argentino, Don Raúl se lo merece y de todo corazón desde esta distancia, desde otro plano de mi vida, le deseo que descanse en paz y el cielo le de lo que los argentinos no supimos darle.


Solo quería despedirme de Ud. Don Raúl.


Un abrazo,


LPL'09