sábado, 28 de enero de 2012

Bloguear no es escribir

“Bloguear no es escribir. Un blog es como un grafitti con signos de puntuación.” [El personaje de Elliott Gould enla película Contagion  de Steven Sodegbergh]


No estoy de acuerdo, además...

Primero lo compartes con el éter, luego con los amigos y seguidores, después con los tiempos cambiantes donde la escritura puede tomar otras formas, las formas de aquellos que se lo encuentren en un hipotético futuro, pero sobre todo y fundamentalmente lo compartes con tu presente aunque el pensamiento anterior ya forme parte del pasado. Puedes dejar de escribirlo por un tiempo como me ha pasado durante todo el último año pero sabes que te espera, que está ahí como aquel libro aun no leído, esa tarea pendiente y el propósito de un día de euforia.

Está claro que no hay un editor, un revisor (bueno, sí hay uno mismo auto revisando) ... es como sale, es como se da. Pueden llamarla literatura instantánea, acorde con los tiempos que corren tan perentorio para tantas cosas. Pueden llamarle exhibicionismo de red, desarrollo del ego cibernético, un arañazo en el espejo del infinito (by Axel), un grito en la oscuridad, un susurro en un día de sol, un secreto nunca confesado. Cualquiera que sea la etiqueta, el ‘tag’, llámame como quieras pero llámame, porque hoy estoy aquí y mañana no lo sé, porque ahora soy presente y después de este instante soy pasado.



Pinturas rupestres, Monfragüe


Pero ¿quién es ese que intenta por todos lo medios quitarse el empaste del tercer ojo?, muchas veces creo que soy yo mismo.

Si bloguear no fuera escribir habría que dejar de considerar las pinturas rupestres como alguna forma de comunicación, o los jeroglíficos graffiti, y los graffiti un mero capricho y no la voz de pibes disconformes con el sistema tratando de disentir en un trazo ininteligible para el que no está en la misma onda.

En que dimensión podré descansar del trajín incesante de las realidades mundanas si no es en el rincón apacible de mi blog, todo un descubrimiento para quien se pasó la vida escribiendo en servilletas de bar, pequeños blocks de notas (¿precursores del blog con lectores ocasionales?), en viñetas de historietas (comics o teveos en España) caseras y en satíricos dibujos de oficina captando instantáneas de los personajes en que nos convierten las diferentes modalidades de trabajo organizado.

Bloguear puede ser más que escribir, mas que comunicar, puede ser una oración, una plegaría, energía proyectada o simplemente una forma de poner en orden tus pensamientos; una esquina donde recostarse, el mensaje en una botella.

LPL’2012