sábado, 20 de septiembre de 2008

Reiki, Miraflores de La Sierra, 20SEP2008


Hay cosas que se dan casi sin que lo pidas, hay otras sin embargo, que se demoran toda una vida. Consumidos en el deseo pretendemos vivir cabalmente, cuando son solo retazos de una realidad más amplia. Algo que solo por momentos algunos pueden atisbar.
Y los caminos son múltiples. Hoy sábado, asistimos mi mujer y yo a una iniciación de Reiki Usui, y lo hacía con motivo del aniversario de Mikado Usui, su mentor. Teníamos nociones autodidactas de Reiki, con todo resulto que la experiencia de compartir energías presenciales ha sido todo un hallazgo. Hasta ahora lo habíamos practicado de forma casera digamos, pero esta iniciación nos abre un camino aun más interesante. Por lo menos podemos encontrar los alicientes de saber que podemos ayudarnos y así ayudar a otros, que podemos mejorar una pequeña parte del mundo o de tu mundo al menos. En definitiva, a la vez que profundizas en ti para superar las limitaciones impuestas por nuestro invento, puedes proyectar hacia un mundo más habitable, porque estoy convencido que hay infinitas cosas que no sabemos, que no vemos, ahí está nuestro reto como especie, como seres humanos.

Cho Ku Rei

martes, 9 de septiembre de 2008

Irse (Quedándote o Yéndote)

Dicen que los caminos del Señor son inescrutables, también aprendes que nunca terminan, que a veces no llevan a ninguna parte, o terminan en el sitio que comenzaron solo que un poco más viejos, quizá tarde. Otros afirman que es el destino que te lleva, los mismos avatares que corrigen cuando, se supone, te has desviado de la línea trazada. Hoy, mi vida va dando vuelcos del corazón, tanto me embarga un sentimiento de felicidad como caigo en las más oscuras profundidades de la desazón y el dolor. Ya no se trata, de algo o de alguien, empieza a ser la vida misma que te lleva sin más y me siento impotente. Soy incapaz de retener el amor, quizá sea este mi gran carencia: creo que doy todo, que amo de verdad, que hago todas las concesiones necesarias para el equilibrio, que intento ser dúctil, cortés y a veces demasiado abierto, que discuto con vehemencia y a veces pego un grito, que en ciertos momentos el día de la tierra me resulta muy pesado y clamo por un orden cósmico, inteligente, exento de estupidez. 

Tengo mis días. He pasado toda una vida buscando quien soy realmente (si es que hay una realidad, hablo por lo menos de esta donde me tocaron muchas vidas y una sola realidad, de momento), y entre la construcción y la destrucción de mis afectos, fui intentando ser a través de mis intuitivas aspiraciones, queriendo tan pronto volar como aprender a mirar, emocionarme con lo bello y hacer corazas (cascaritas) ante lo doloroso, lo feo. Creo que ninguno de nosotros sale indemne de este tránsito. Pero hoy es distinto, no tengo coartada, todo empieza a tener respuesta desde un pasado que se hace presente diciéndote que todas tus corazonadas tienen colores y además son aún más bellas que su palpitar... Comparto el sentimiento con todo lo que me rodea, reconciliándome con las formas y claro, esto a veces no sale de la forma deseada, soy humano y además abandónico (no es para menos). 

Quiero pastos verdes, amables, con su áurea ámbar en los atardeceres entre volutas de aromas, quiero ver el sol henchido de energía y volar cada día por sobre la tierra viendo mi hogar pero en ese hogar, los seres que amo hacen el prodigio, de que yo amanezca cada día en un lugar así. Uno se va de los sitios de muchas formas, a veces abruptamente, con la premura del shock que provoca la huida, otras de a poco, con el día a día, a veces meditado a veces solo transitado sin paradas. Pero en cualquiera de los casos, el movimiento te obliga a hacer un equipaje enorme, en el intentas meter absolutamente todo lo necesario y nada más, intentas cuidar que no se cuelen los motivos por los que te vas, más que nada porque luego te puedes ver obligado a revisarlos. Sin embargo, siempre no vamos con todo a cuestas. Todo. Irse no es terminar, no concluye nada, solo empiezas otra cosa sin (aparentemente) lo anterior. 

 

 Jesús ha dicho: Que quien busca no deje de buscar hasta que encuentre, y cuando encuentre se turbará, y cuando haya sido turbado se maravillará y reinará sobre la totalidad y hallará el reposo. (Evangelio gnóstico de Santo Tomás)