La evidencia está demostrando que a millones de personas no les incomoda la corrupción o la tiranía, la pérdida de la democracia, los ataques a los derechos humanos. Les basta enchufarse el soma de distintas distracciones.
Vivimos tiempos de tinieblas y crueldad, como
cada vez que la codicia encuentra vía para expandirse. Ni el hambre, ni la
guerra y su destrucción detuvo a sus actores definitivamente, cuando ven
oportunidad se rearman y actúan sin importar qué dejan a su paso. La tormenta
lleva mucho tiempo gestándose y ya ha descargado muerte y barbarie por doquier.
Avisar no ha servido de mucho porque millones de víctimas siguen prestas a
colaborar con los verdugos.
Una de las principales causas es la que
planteó Martin Luther King y recogía José Luis Sampedro: "No nos parecerá
lo más grave las fechorías de los malvados, sino el escandaloso silencio de las
buenas personas". De las buenas, o no tan buenas. Porque lo cierto es que,
a todos los niveles, vivimos un profundo deterioro de la condición humana. Se
percibe desde los detalles intrascendentes a los de mayor calado.
Aylan no fue el final, fue el principio. De
la impunidad. De la deshumanización. Aquel cuerpecito del niño sirio ahogado en
la playa pudo ser el símbolo que marcaba un giro en el rumbo. Fue a peor. Ha
habido miles de Aylan abatidos en todos los campos de la justicia. El drama de
los refugiados lejos de solucionarse se ha apartado de la actualidad. De
repente en un suelto de una página perdida vemos que han aparecido otros 41
ahogados en otra arena. Que el mar se traga vidas sin alterar ni un segundo el
discurrir cotidiano. Especialmente de quienes tienen poder para solucionar o
estancar los problemas.
La UE en concreto entregó los refugiados
errantes, previo pago, a la Turquía de Erdogan. Por eso mira para otro lado
ante el flagrante triturado de los Derechos Humanos que allí se está
perpetrando. Lo último ha sido el cierre de más de un centenar de medios
informativos. Tras detener a periodistas, jueces y fiscales, profesores,
funcionarios, militares, miembros de ONGs. Amnistía Internacional dice que se
está torturando y violando en las cárceles. Y no hay plenos parlamentarios,
editoriales, artículos, pronunciamientos, notas siquiera, evidenciando una vez
más la inmensa hipocresía en la que se mueve esta sociedad.
Enfebrecidos dirigentes, con el apoyo de unos
medios al servicio del mismo plan, buscan yihadismos en brutales matanzas. Sin
mirar en el pozo de la injusticia y la desesperación que alimentan sus
políticas. ¿Cree alguien que por este camino vamos a algún puerto seguro? ¿No
ven de verdad lo que está pasando?
Esa mezcla de egoísmo, idiocia e ira que se
ha adueñado de la sociedad tiene como candidato a ocupar la silla de la Casa
Blanca con todos sus botones de poder a un energúmeno del calibre de Donald
Trump. En Europa, el húngaro Viktor Orbán saluda su posible llegada con
alborozo, según declaró. Esa ultraderecha que se ha colado en los Parlamentos
está de nuevo vigorosa, como sucedió en los años 30 del siglo XX. Y a pocos
parece importarles. La historia no viene por capítulos de fácil consumo.
La evidencia está demostrando que a millones
de personas no les incomoda la corrupción o la tiranía, la pérdida de la
democracia, los ataques a los derechos humanos. Les basta enchufarse el soma de
distintas distracciones. Obviando lo que siembran con esa actitud.
El espectáculo de la formación de gobierno en
España se inscribe en los mismos parámetros. En un país serio el PP de Rajoy no
estaría en la disyuntiva de formar gobierno, sin depurarse a fondo. El PP en
sí, con todas las aquiescencias de sus miembros. No sería un planteamiento, no
sería de partida una opción electoral para votantes laxos. Y ahí anda con sus
apoyos. Este jueves nos brindaba un nuevo sainete con la aceptación o no de ir
a la investidura. Sembrando la admiración al parecer cuando es bien fácil
seguir su táctica: hay que aferrarse al cargo, contar con asideros bien
precisos en espacios fundamentales, no ser demasiado exigente con los
escrúpulos y trabajarse exclusivamente la piña: la Estrategia del Percebe como
escribí en los primeros días de eldiario.es. La urgencia de los editoriales
mediáticos dolidos de perder unos euros en la demora de lo que llaman
indefinición, volverá a ayudarle.
Las noticias diarias del saqueo al que
miembros del PP nos han sometido, las arbitrariedades continuas, las escuchas,
el espionaje y publicación de comunicaciones privadas, la fabricación depruebas falsas entre Interior con la colaboración de algunos difusores de bulos, lo que no quiere ver la Fiscalía nombrada por el Gobierno. ¿Alguien cree
seriamente que todo esto es inocuo y no tiene consecuencias?
La vergüenza de unos medios al servicio del
poder con ejemplos que sonrojan cada día y cada hora parecen ser un objeto de consumo
más. ¿De qué brillante gestión económica nos hablan con cifras récord de deuda,
déficit, desigualdad y... desfachatez? Hay un grupo, nutrido, de pobrecitos
ciudadanos que están muy cansados para pensar y además tienen miedo de
perder... su remo en la barca de la inmundicia. "Todos son iguales",
según aseguran. No deja de resultar llamativo que en el opaco pozo de la
economía sumergida del servicio doméstico solo haya encontrado el
"periodismo de investigación" un fallo en Pablo Echenique, secretario
de organización de Podemos. Solo en él. Toda selección implica intenciones.
Aquejado de una minusvalía física que no merma la voluntad de su carácter, el
tiempo informativo dedicado al "caso Echequique" como ya se le llama
es todo un símbolo de la sociedad en la que nos movemos. La que se deja mover
por unos hilos que le maniatan sin oponer resistencia. Incapaz de elegir sus
batallas o distinguir a sus enemigos.
O con decidida voluntad de participar en
cacerías, con fundamento o sin él. Un excelente trabajo de la periodista Myrian
Redondo detalla la propaganda política encubierta de la comunicación nacional einternacional, con el uso de Bots y trols en las redes sociales. Se puede
seguir el rastro de cómo actúan. Su objetivo: la desinformación. Idéntica a la
de los presuntos debates a los que concurren, para distraer, mercenarios del
mismo ejército aunque con carné de prensa. En la escala ínfima de la cruzada,
ahí están en Twitter, cobrando o no, auténticas plagas de ratas rabiosas con el
odio irracional como guía. En esos rastros de sordidez que deja su bilis, se
aprecia la misma irracionalidad que está llevando a este mundo a la deriva. A
la Europa que se desintegra sobre todo. A una España que apuesta por perpetuar
sus más graves errores.
Hablar de esto en el tránsito
"vacacional" entre Julio y Agosto es casi inútil. Cualquier día si se
mira, a la vista de los resultados. Aunque la realidad se impone. Y con ella
los locos, fanáticos, asesinos de bomba y cuchillo en ristre o mando en firma.
Los encarcelados, violados y torturados en cárceles en la puerta de Europa,
sufragada y contratada por la UE para arrinconar responsabilidades. Los que
nunca pensaron verse nadando literalmente para buscarse la vida y encontrarse
nuevas barreras. Las personas y las familias que a diario arroja este sistema
corrupto al arcén de la pobreza.
¿Cuánto tiempo más van a estar creyendo que bastará seguir cerrando los ojos para que no les llegue? ¿Cuánto tiempo más van a continuar tantas buenas personas arruinando la vida al resto?
Rosa María Artal
eldiario.es
vie, 29 jul 2016 14:25 UTC
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