miércoles, 4 de marzo de 2009

Hombre de Conocimiento



Según Don Juan, el brujo yaqui que instruyó a Castaneda en los '60, hay cuatro enemigos del hombre en su camino a la sabiduría (para ser un Hombre de Conocimiento, según sus palabras), y aun venciendo a estos cuatro enemigos no hay garantías que esta sabiduría o el status de hombre de conocimiento se mantenga hasta el final de nuestros días en la tierra.
El primer enemigo es el miedo, quien no supera su miedo no puede ni siquiera echarse a andar al camino para su búsqueda y así podemos pasarnos gran parte de nuestras vidas. Cada uno tiene su propia concepción para la superación del miedo, pero en su gran mayoría está relacionado con ocuparnos demasiado del exterior y olvidarnos de la fuente interior, y entretenidos en lo banal no reparamos en lo esencial que es plantarle cara al miedo. La mayoría de nuestros miedos se basan en el temor a no poder, en la inseguridad del ser o no ser.
El segundo enemigo, una vez superado el miedo, es la claridad. Al desaparecer el miedo todo se nos presenta perfectamente definido por la seguridad de ser, nada es imposible para nosotros y pensamos que desde esta posición estamos tan afianzados que nada ni nadie ya puede tocarnos, desde las empresas más arriesgadas hasta la imposición de reglas a la medida de nuestro poder, y es ahí donde se esconde el tercer enemigo: el poder.


Nada más ejemplificante que mirar a nuestro alrededor, contemplar esta época convulsa y contradictoria, donde el poder de ayer es la tribulación de hoy, para entender que la humanidad se ha dejado dominar por este enemigo subyugante no sin antes haber utilizado los anteriores enemigos como aliados para ejercer la supremacía del tercero. Se puede decir que como tantas otras veces en la historia de guerras y conquistas. Pero esta vez el nivel de consciencia no nos permitirá desentendernos de lo que pasa.


Hay un cuarto enemigo, el que se encuentra una vez superado el poder por medio del equilibrio que da la humildad y la buena administración de nuestro poder, y este es la vejez. Una vez superadas las tentaciones del camino, haber aprendido de las batallas contra estos formidables enemigos, nos encontramos con la finitud de nuestra trayectoria vital, con la realidad biológica de nuestra condición humana. Pero incluso este aparente infranqueable obstáculo que en nuestros días se maquilla con superficiales cirugías y mágicas recetas de spas y tratamientos ayurvedas, también se doblega mediante el sabio disfrute de los días y el abandono progresivo de las actitudes que nos debilitan en la relación con los demás, en la comprensión de la naturaleza del mundo y de nuestra misión planetaria. Reaccionado con el amor a la vida, a la naturaleza misma, que somos nosotros ya que solo nos diferencia la razón.

Después de muchas vidas, después de una buena vida, siempre hay más vidas, y es muy fácil abandonarse a la siesta de la ignorancia o decir 'me cansé', bajarse en la próxima, o seguir a la jauría.

Hoy, asistimos a la ceguera de no asumir lo que realmente pasa, y desde diferentes puntos del planeta, la sociedad, las personas comienzan a actuar como si en algún punto del día retomáramos el camino del conocimiento y algo se nos revela a cada paso.


Esta es mi reflexión, solo mía desde mi caja de Molloy (con el permiso de D. Samuel Beckett), desde esta perspectiva que soy.


La vida no es esperar que pasen las tormentas, si no bailar bajo la lluvia, según dijo un anónimo voluntarioso que seguramente vivía en Bahía... o en su sitio.


LPL'09

1 comentario:

Fernando López dijo...

Excelente e interesante Post Luis. El miedo, la claridad, el poder y la vejez como enemigos del camino en la sabiduria.

Yo esto lo veo en función de la relatividad ya que nadie puede medir el conocimiento. Así, los cuatro enemigos también podrían ser aliados. El miedo puede atenazar , pero también puede motivar, la claridad a conocer nuestras limitaciones, el poder como oportunidad para conocer y la vejez, no es más que sabiduría ya adquirida.

Un abrazo amigo