N.B.: Abriendo una nueva vía de Reflexión I: Más allá de las creencias que cada uno de nosotros pueda tener, vivimos tiempos en los cuales cualquier iniciativa que arroje luz sobre el actual estado de cosas y ayude a tener otros enfoques que nos saque del materialismo a ultranza que ha caracterizado el paradigma de las últimas décadas, debe ser sometida a nuestra reflexión para que entre todos podamos interpretarlas y hacer algo distinto, algo que nos haga crear desde la estulta nada, la ilusión por lo trascendental de la vida en este planeta sin tener que destruirlo para conseguirlo.
LPL’2012
Por BRAD HUNTER
Una vez el genial Albert Einstein
definió la crisis como la mejor bendición que puede pasarle tanto a un país
como a una persona, ya que es sinónimo de cambio y progreso. Quien atribuye a
la situación actual sus fracasos y penurias violenta su propio talento y
respeta más los problemas que las soluciones.
LAS CLAVES PARA VIVIR EN TIEMPOS
DE CONFLICTOS
Crisis significa una mutación
importante en el desarrollo de algún proceso, ya sea de orden físico, histórico
o espiritual. Los chinos antiguos pensaban que la crisis es la voz de la
naturaleza advirtiendo a gritos que debemos cambiar. La palabra crisis, en
chino, se compone de dos símbolos, de los cuales el primero significa peligro y
el segundo oportunidad. El actual panorama mundial nos está reflejando la mayor
crisis de conciencia que haya afrontado jamás la Humanidad. Es por eso que no
debemos evaluar lo que sucede en la economía, en la política, en lo social,
etc., como hechos aislados y producto de vaivenes de los sistemas, ya que los
mismos sistemas son creación del hombre y son mantenidos por el mismo. La
creación dispone de ciclos cósmicos evolutivos que se distinguen por
incrementos de frecuencias que alteran a los diversos estados de existencia
que son, en sí mismos, energía. En este sentido es evidente que nos enfrentamos
con un problema de adaptación y cambio de la Humanidad a este nuevo estado
evolutivo del planeta. No solo el hombre se ve enfrentado a esta situación,
también todos los demás seres vivos están experimentando un cambio en los
procesos vitales o en la vida en sí misma. Cada representante de especies
viviente en la Tierra dará un completo examen de exigencia o de adaptabilidad
para determinar su habilidad para cumplir con las exigencias que le imponen las
nuevas condiciones. Evaluar individualmente la crisis a niveles económicos,
políticos, sociales, etc. es no comprender el curso evolutivo al que se
enfrenta todo el planeta. Igual que un orden jerárquico, si la Tierra se
altera, se alterará el ser humano; lo que traerá como consecuencia la
alteración de todos los sistemas que el mismo ser humano mantiene funcionando.
EL CAMBIO ES POR ENERGIA
Los nuevos patrones frecuenciales
de energía que emanan del Centro de la Galaxia alteran los ciclos de emisión
energética que el Sol irradia a los planetas del sistema estelar. Estas
energías, al llegar al planeta, impactan en el campo magnético de la Tierra, el
cual actúa como un escudo protector de radiaciones nocivas para la vida. Al
incrementar los niveles que recibe terminan afectándolo los patrones
climáticos causando el tan conocido “calentamiento global"; y esa misma
energía produce también el magnetismo humano, ciertas alteraciones que afectan
los aspectos psicofísicos de cada uno de nosotros. A pesar de no poder verlos o
percibirlos naturalmente poseemos cuerpos sutiles, los cuales son los primeros
en recibir los cambios y las alteraciones producto de la energía entrante. Al
impactar las nuevas frecuencias en dichos campos, en especial los conformados
por los llamados Cuerpo Emocional y Cuerpo Mental, se estará experimentando una
“limpieza” y un “recalibrado” de las frecuencias personales a fin de permitir
su alineamiento con la esencia más profunda del alma de cada persona. A mayor
desajuste que la energía provoque mayor será la crisis personal que deba
transitar cada uno de nosotros, generando comportamientos y reacciones
(mentales y emocionales), de alteración y alta polarización. La manera en que intercambiamos
energía y la manera en que creamos y conducimos nuestra cultura global es lo
que genera la crisis como parte de la transformación. Como hemos sido inducidos
a creer que el dinero lo controla todo, se nos anima a que consideremos esta
crisis como algo exclusivamente financiero y económico. No existen soluciones
mágicas, ni místicas, sino el trabajo personal basado en el conocimiento del
proceso en marcha. El trabajo personal debe estar basado en la búsqueda del
equilibrio y de la recalibración; y para ello se requieren cambios en la forma
en que vivimos en “términos energéticos”. Una crisis es un estado temporal de
trastorno y desorganización caracterizado principalmente por la incapacidad del
individuo para abordar situaciones particulares utilizando los métodos
habituales para la solución de problemas. Por lo que conociendo la causa que
genera la crisis podremos atacar las consecuencias y con ello aprovechar el
potencial que nos ofrece la crisis para obtener resultados de superación
personal y evolutiva. En estos momentos estamos bajo un proceso que nos
obliga a buscar la expansión de la conciencia y la necesidad evolutiva nos
lleva a liberar viejos patrones de vida que van quedando obsoletos a medida que
evolucionamos.
COMPRENDIENDO LA CAUSA
Estamos transitando un período en
el cual las estructuras de creencias que conforman el sustento del sistema
humano actual sucumben como resultado de los cambios energético-conscientes que
son producto del fin de un ciclo planetario y cósmico y del inicio de otro. Se
manifiestan como conflictos en y desde las estructuras sociales hasta las
familiares y personales. El ser humano se enfrenta a planteos existenciales
que son motivados por un cambio de conciencia que se presenta como parte de las
alteraciones que se suceden en todos los frentes del medio en el que se
desarrolla (medioambiente, orden social, trabajo, economía, seguridad, etc.).
Momentos críticos requieren decisiones críticas.
EN CRISIS ES MEJOR PENSAR QUE
LAMENTARSE
En crisis hay que dejar los problemas de lado y
focalizarse en las soluciones, no estancarse en los problemas, sino
movilizarse en crear soluciones. Debemos identificarlo que nos alimenta la
esperanza y saber siempre buscar en ese recurso la fuerza y el poder de reacción.
En crisis hay que apelar a lo racional por sobre lo emocional. No situarse
jamás en el lado oscuro de la crisis. En una crisis de evolución jamás debemos
focalizarnos en lo involutivo, siempre situarnos sobre los atributos que nos
ayudan a la auto superación, el valor, la ética, la moral, el amor, la
solidaridad, el sentido común, la claridad de mente y la visión integral de la
situación nos permitirán alejarnos de todo lo que genera un estado de crisis
irresoluta. Las crisis solo pueden ser transformadas por la actitud que adopta
el hombre frente a ellas. El optimismo no es la solución, pero ayuda a tener la
actitud adecuada frente a la situación. El optimismo no es garantía de éxito,
pero el pesimismo sí es garantía de fracaso.
LA CRISIS DE EVOLUCION
Esta crisis no es igual a ninguna
otra que se haya presentado en la antigüedad. Los que se aferran a mantener
funcionando los viejos esquemas de control y dominio aplicando la teoría de
“fuerza y poder es supervivencia” están equivocados. La teoría de Darwin,
basada en la evolución del más fuerte, debe ser reemplazada por la teoría de
evolución, en la que el que más se adapta a ayudar a la creación en su proceso
de crear es el que evoluciona. La actual Humanidad que sucumbe frente a la
crisis es aquella que basó sus sistemas de vida en el dominio de la naturaleza,
su control y manipulación, logrando con esto solo desorden en los ritmos y
ciclos naturales, destrucción de ecosistemas y contaminación. Los cambios los
impone la naturaleza y ahora el hombre lo sabe. La Naturaleza toma las
decisiones y el hombre debe adaptarse al mandato superior mediante el respeto y
la adaptación. Este es un proceso de Amor, no de subsistencia por agresión y
supervivencia, esos son conceptos errados del hombre y que lo han conducido a
la crisis actual. En este punto estamos necesitando liberar la energía de
“control” y de agresión que albergamos hacia la Naturaleza para empezar a
considerarla como nuestro sustento y nuestra sabiduría. Tenemos que dejar de
temer a los “desastres naturales” y aprender a trabajar con la Naturaleza en
Paz y en Armonía. Cuando aceptamos que la sabiduría de Dios fluye a través de
la Naturaleza, aceptamos que hay un plan “mayor” que está ahí para nuestro bien
más elevado. Nos entregamos al Flujo de ese Amor y al surgimiento de las nuevas
energías. Confiamos en que todo saldrá bien y empezamos a alinearnos
armónicamente por nosotros mismos con el flujo de esa nueva energía. Cuanto
mejor podamos alinearnos con ese flujo de Amor que se expresa a través de la
Naturaleza, mejor podremos sentir el plan superior que está surgiendo. Cuánto
más nos retraiga en la creencia en el dinero y el control, más pánico y
nerviosismo sentiremos, junto con una sensación de pérdida y de desintegración.
Sencillamente no funciona, así que estamos aprendiendo a dejar que se vaya, a
alejarnos de ellos y a alinearnos con lo que sí nos da resultado y fluye para
nosotros. Y cuando alcanzamos ese “flujo” del amor. . . ya estamos en Estado de
Gracia. A medida que seamos conscientes de ello. . . algún tiempo después. . .
grupos enteros de nosotros entrarán en esa Gracia . . . y después serán
ciudades y países enteros. . . Ese es el Plan para la Nueva Tierra. Y empieza
desde lo individual hacia lo colectivo.
1 comentario:
O sea lo que yo deduzco de tu entrada es que " a mal tiempo buena cara " ¿no?
Me gusta por definicion ese lema colega, pero cuando pienso que llevo tres años con el sueldo congelado, a demas de habermelo bajado dos veces y de quedarme sin paga extra de navidad, la cara que se te queda no es de felicidad precisamente.
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